César Valera

“HA NACIDO EN UN PORTAL DE GUERRERO…PALESTINA…” 

Contradictoriamente la fiesta de Navidad fue un evento histórico subversivo al poder del imperio del tiempo de Jesús nazareno…Nace en el exilio, migrante, perseguido por el emperador romano, son asesinados decenas de niños para impedir su llegada. Jesús nace en Ayotzinapa. El contexto de persecución, genocidio, represión del imperio para evitar otro poder posible es el que asesina… contra esa lógica nace la esperanza para los que tienen hambre y sed de justicia, paz… porque es luz desde abajo, desde los sin techo. Es un misterio de amor en plena humildad y contrasentido irracional de los afanes, visiones, anhelos de felicidad hegemónica de este mundo. Su significado es contundente ¡Con los humildes en plena sencillez y solidaridad, asume la suerte de los olvidados de la tierra! Desde esa lógica los estudiantes de Ayotzinapa están provocando un doloroso parto. Más que un movimiento, es la oportunidad de vincularnos los mexicanos para recuperar el auténtico rostro de nuestra identidad, valentía y dignidad. Nos muestra una juventud que se expresa irrenunciablemente por justicia, a transitar a un México con libertad, sin corrupción, impunidad ni violencia, soberano, construyendo espacios de encuentro solidario, arte, creatividad, dignidad y respeto por los derechos de todos. Nos están uniendo desde el sentido del México profundo que todos merecemos, queremos y nos urge ser. Solo es Navidad si nos hermanamos con los migrantes y todo el que es despojado de sus derechos, si somos solidarios, justos, recibimos, servimos sin ningún interés mezquino, si logramos sonreír por compartir y confiar como los niños, en relaciones no mercantiles sino lúdicas y cordiales. No hay cambio si no viene del amor y compromiso con las víctimas. Desde la misteriosa alegría que nace ahí es como podremos amanecer a una nueva convivencia humana (política) fraterna, donde nos entusiasme, consuele y plenifique el encuentro amistoso con el otro. Estamos en esa crisis de paradigma civilizatorio, oportunidad para hacer los cambios profundos, espiritual, ética y políticamente. Renacer desde la utopía, como motor la solidaridad, la libertad, el dolor, la rebeldía, el amor más grande por nosotros mismos y por los que más padecen la actual ignominia del sistema global capitalista. Parirnos, reinventarnos personal y políticamente, desde nuevas formas y sujetos a una nueva y necesaria convivencia humana donde lo primero sea la dignidad de todo ser vivo….Entonces si será Feliz Navidad! Un gran abrazo!
 
 

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